Verano es la tercera parte de la autobiografía del escritor sudafricano, y Premio Nobel, Coetzee.
Verano es un libro originalísimo. En primer lugar, porque no se presenta como una autobiografía clásica, sino que se platea como un conjunto de entrevistas que un joven estudioso de la obra de Coetzee (que se supone que ya ha muerto) hace a personajes que tuvieron alguna relación con él (familiares, amantes, amigos). Este planteamiento convierte esta autobiografía en una novela, o la novela es autobiografía, o nos encontramos ante el concepto de "faction" (fact + fiction) que ha dado tan buenos resultados en la literatura contemporánea.
Y, además, también es original, porque si pensábamos que era inevitable que en una autobiografía cualquiera el autor, por modesto que sea, tiende a dar la mejor imagen de sí mismo, o, por lo menos, una buena imagen de sí mismo, Coetzee, al contrario, hace coincidir a casi todos los personajes que hablan de él en una serie de elementos que más bien dan un imagen pobre del escritor.
Uno de los elementos que más me han interesado es la reflexión que hace el autor, a través de quienes hablan de él, de su condición de afrikáner, de su reconocimiento cultural de pertenencia a un grupo, pero no a la posterior creación política que hace ese grupo. Es interesante la reflexión de que sus antecesores trabajaron y lucharon por una tierra que su generación no puede y no quiere considerar suya. Un dilema interesante.
Una gran novela, muy interesante.
Verano
J.M. Coetzee
Verano es un libro originalísimo. En primer lugar, porque no se presenta como una autobiografía clásica, sino que se platea como un conjunto de entrevistas que un joven estudioso de la obra de Coetzee (que se supone que ya ha muerto) hace a personajes que tuvieron alguna relación con él (familiares, amantes, amigos). Este planteamiento convierte esta autobiografía en una novela, o la novela es autobiografía, o nos encontramos ante el concepto de "faction" (fact + fiction) que ha dado tan buenos resultados en la literatura contemporánea.
Y, además, también es original, porque si pensábamos que era inevitable que en una autobiografía cualquiera el autor, por modesto que sea, tiende a dar la mejor imagen de sí mismo, o, por lo menos, una buena imagen de sí mismo, Coetzee, al contrario, hace coincidir a casi todos los personajes que hablan de él en una serie de elementos que más bien dan un imagen pobre del escritor.
Uno de los elementos que más me han interesado es la reflexión que hace el autor, a través de quienes hablan de él, de su condición de afrikáner, de su reconocimiento cultural de pertenencia a un grupo, pero no a la posterior creación política que hace ese grupo. Es interesante la reflexión de que sus antecesores trabajaron y lucharon por una tierra que su generación no puede y no quiere considerar suya. Un dilema interesante.
Una gran novela, muy interesante.
Verano
J.M. Coetzee