lunes, 3 de septiembre de 2012

Robertson Davis

Me acerqué a la literatura de Robertson Davies con su novela El Quinto en discordia, e inmediatamente leí el resto de la trología.
En esta Levadura de malicia Davies nos plantea cómo un ¿error? que podría pasar inadvertido para cualquiera en las notas de sociedad de un periódico, puede producir un terremoto social en una pequeña ciudad.
A partir de ahí, Davies nos presenta, como siempre, personajes complejos, reconocibles como sujetos "corrientes" que nos confiesan sus debilidades: la ambición por un reconocimiento social absurdo, un orgullo exagerado que esconde inconformidad con la vida, una cierta pasividad juvenil producida por complejos,...
En este caso, además, el periodismo, al que se dedicó durante muchos años, es uno de los protagonistas de la novela.
Muy recomendable.

Levadura de malicia
Robertson Davies

Las crisis son positivas

Una mujer de mediana edad, bella, inteligente, intelectual, o por lo menos escritora, casada desde la juventud con un eminente científico entra en una profunda crisis que le impide moverse o comunicarse cuando su marido la abandona por una joven colaboradora de su laboratorio. Este es el comienzo de la novela, que no va a continuar en la línea del melodrama. 
La protagonista ni siquiera puede creer cómo ha reaccionado así, y decide trasladarse durante el verano al lugar donde nació y donde su madre vive en una residencia de ancianos rodeada de otras ancianas originales como ella.
Es una novela que pretende ser optimista: la protagonista vuelve a reconocerse en la mujer que es tras la crisis. A mí me ha resultado poco creíble el retrato del grupo de mujeres de la residencia de ancianos en la que vive su madre. El optimismo o el tono positivo que pretende imprimir a la historia creo que le hace alejarse de una cierta verosimilitud. O quizá yo estoy lastrada por mi experiencia en este sentido.
El libro es entretenido y proyecta una visión positiva de las crisis a las que nos enfrentamos en la vida, aunque sean dolorosas.

El verano sin hombres
Siri Hustvedt