viernes, 23 de septiembre de 2011

Una novela social

Interesante novela social de George Orwell. La novela se sitúa en los años 30 en Inglaterra. Una joven hija de un clérigo se dedica a cuidar a su padre, atendiéndole como una criada -ése parece ser su destino-, mientras hace equilibrios para mantener la economía doméstica. A partir de una elipsis que no se explica, aunque se dan algunos datos que pueden justificarla, la protagonista cambia de vida radicalmente, y será esa nueva vida la que le permitirá a Orwell dar a conocer algunas de las injusticias de la sociedad que observa.
Así conoceremos cómo vivían los centenares de recogedores de lúpulo, temporeros que se desplazan en muchos casos desde Londres para trabajar jornadas inacabables por un sueldo que apenas les permite mantenerse mientras realizan el trabajo, cómo son engañados por quienes les contratan, pagando menos por la cantidad de lúpulo que recogen a medida que avanza el trabajo. Si se niegan a seguir o se muestran en desacuerdo con el precio, pierden todo aquello que habían ganado hasta entonces.
Conoceremos cómo viven quienes no tienen techo en Londres, amontonándose literalmente en los bancos de las plazas públicas para darse calor.
Uno de los capítulos más interesantes es cuando la protagonista pasa a trabajar como profesora en un colegio privado de señoritas. La consigna: los padres deben estar contentos, deben creer que sus hijas aprenden aquello que se considera importante, básicamente, caligrafía. Así pues, fracasan todos sus intentos de enseñar algo a aquellas niñas, de hacer algo distinto. Lo importante es que aparenten saber: constantes copiados para mejorar la caligrafía y aprenderse de memoria las capitales del mundo sin ubicarlas en un mapa. Orwell critica a fondo el sistema educativa británico donde muy pocos colegios son inspeccionados para conocer la calidad de su enseñanza. La mayoría son simplemente un negocio.

Una novela social escrita por Orwell. Muy curiosa.

La hija del clérigo
George Orwell

viernes, 16 de septiembre de 2011

Una esposa de fiar

Quizá lo que más se recuerda y permanece de Una esposa de fiar es la atmósfera que consigue Goolrick. Una atmósfera intemporal, al margen del mundo, como de hecho viven los protagonistas. La historia se lee con interés, con la sensación de ser una historia que ya hemos visto antes. Recuerdo algunas películas clásicas que comienzan con la premisa de una joven que responde a un anuncio de matrimonio de una hombre aislado, torturado.
La contraportada nos habla de un inesperado final. No, la historia no es nueva y el final no es inesperado, pero se narra con ritmo y se lee con placer.

Una novela que entretiene y atrapa.


Una esposa de fiar
Robert Goolrick

John Cheever

Nos hallamos en uno de los muchos barrios americanos que se llenan de familias de clase media acomodada, que organiza barbacoas para sus vecinos y amigos los fines de semana, de perfectos anfitriones, de parejas perfectas con hijos perfectos... El sueño americano.
Pero siendo Cheever quien nos cuenta la historia, no puede quedarse en lo superficial: parejas que apenas se sostienen, anfitriones perfectos que viven planeando el asesinato de algún vecino, hijos vencidos por la falta de perspectivas, de incentivos, de vida real,...
Un retrato de una sociedad que aparenta ser el símbolo del triunfo y de la salud, y que resulta estar enferma, y ser esencialmente infeliz.
Cheever, como siempre, cuestionando el sueño americano, que es, de momento, el sueño de gran parte de la humanidad: una casita con jardín, dos hijos y una vida social perfectamente superficial.

Bullet Park
John Cheever

martes, 13 de septiembre de 2011

El comienzo de la primavera

Estupenda novela de Patricio Pron. El comienzo de la primavera se plantea como una investigación en varios planos. En primer lugar, el personaje principal, un joven argentino licenciado en Filosofía, pretende encontrar a un viejo filósofo alemán porque quiere emprender la traducción del alemán al castellano de una de las primeras obras del maestro; para ello quiere localizarle y hablar con él. En seguida vemos que esto no es tan fácil como trasladarse a la universidad en la que da clase, sino que va a suponer toda una investigación que le lleva de un amigo a un colaborador y hasta a la hija okupa del profesor.
Paralelamente, en cada uno de los capítulos asistimos a fragmentos de una historia que transcurrió en la Alemania de los años 30 y 40 contada por diversas voces y que, como iremos averiguando, explica por qué el profesor es alguien tan escurridizo o, por lo menos, por qué vive prácticamente aislado.
A medida que el libro se despliega y la historia de la esposa y del suegro del profesor se va contando la narración crece y por momentos he pensado que estaba ante una gran novela, pero he de reconocer que hacia el final parece haber perdido aliento y el final no parece estar a la altura del resto de la narración.
En cualquier caso, una excelente novela, con un pequeño homenaje a Cortázar, de un jovencísimo novelista. No hay que perderle la pista

El comienzo de la primavera
Patricio Pron